Monasterio de Santa María de la Vega

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Fundado en el año 1153 por Gontrodo Petri en unos terrenos propiedad de Alfonso VII, el Emperador, con quien había tenido una hija fuera del matrimonio: doña Urraca, la Asturiana, quien casaría con García de Navarra y posteriormente con Álvaro Rodríguez. Gontrodo ingresó en el mismo permaneciendo en él hasta su muerte.

El monasterio de La Vega fue puesto bajo la disciplina de la congregación francesa de Fontevrauld San Roberto de Arbrissel, que seguía una regla inspirada en la de San Benito de Nursia pero radicalizada con un marcado rigorismo ascético. No deja de ser curioso que Gontrodo, devota de San Vicente y necesariamente conocedora del cenobio ovetense de San Pelayo, acogido también a la regla benedictina, encomendase el monasterio de Santa María de La Vega a esta congregación francesa que no había tenido excesiva preponderancia en España. Se especula con la posibilidad de que pesase sobre ella el precedente del Monasterio de Santa María de la Vega de Cea, ubicado en León, perteneciente a Fontevrauld y con el que es posible que su padre hubiera mantenido alguna relación; no debe obviarse tampoco que el Emperador manifestaba cierta simpatía hacia el estilo monástico francés.

El primitivo edificio del convento, que había sido reformado alrededor de 1667, poseía una planta cuadrangular. Se conservan algunos elementos del cenobio entre los que destacan partes de un claustro de estilo barroco, realizado por Gregorio de la Roza entre 1667 y 1770 y dotado de seis arcos de medio punto a cada lado. Está documentado que del edificio original, de tipo romano-bizantino, subsistía aún en el siglo XIX una torre cuadrada, una pequeña y ornamentada puerta que conectaba el claustro con el coro y un arco que fue colocado en el frente de la Capilla de Santa Bárbara y al lado de la epístola; esta capilla fue erigida en 1926 en unos terrenos de la Fábrica de Armas, como cuenta José Tolivar Faes, después de la práctica demolición de los primitivos edificios para facilitar la ampliación del complejo fabril.

El sepulcro románico de Gontrodo Petri, fundadora del Convento de la Vega, datado en 1186, se conserva en el Museo Arqueológico de Asturias, mientras que el retablo mayor del templo del convento fue trasladado al a la iglesia parroquial de Solís, en el concejo de Corvera, donde permanece en la actualidad.

Fue expropiado en el siglo XIX, en principio para dedicar el edificio a hospital. Sin embargo lo que se instalaría finalmente en estos terrenos, fue la Fábrica de Armas.

Las monjas de este convento se integraron en el Monasterio de San Pelayo, y con ellas se llevaron el fondo documental del monasterio, piezas de orfebrería, reliquias como la de San Blas y los restos de sus difuntos, para inhumarlos en el nuevo convento.

Bibliografía