Alfredo Truán Álvarez

Alfredo Truán Álvarez, 1895-1964.

Nació en Gijón en 1895. En su juventud tuvo interés por el dibujo y demostró estar especialmente dotado para dicho arte. A causa de ello, comenzó a colaborar en revistas festivas gijonesas. En 1916 se presentó en la Exposición de Bellas Artes de Oviedo con sus obras en El Kaskabel. En 1919 publicó algunos trabajos en los periódicos La Federación, El Noroeste y El Comercio. En 1920 realizó su primera exposición individual de caricaturas y dibujos decorativos en el Real Club de Regatas de Gijón y ese mismo año se trasladó con su familia a Barcelona, donde colaboraría con la revista Papitu. En 1921 hizo las 18 ilustraciones sobre El Quijote, expuestas más tarde junto con otras en el Ateneo Obrero de Gijón. Su obra comenzaba a hacerse muy conocida, lo que le sirvió para participar en los salones de humoristas de Madrid en 1917, 1920 y 1923. En 1922 colaboró en la sección «Maestros de la Historieta» del periódico madrileño El Sol, permaneciendo en su nómina de 1922 a 1930. En 1923 regresó temporalmente a Gijón, trabajando en La Prensa desde ese año hasta 1935 y para La España Gráfica y Literaria, Buen Humor, Deporte y Turismo Astur y, nuevamente, en El Comercio. Por entonces también empezó a trabajar para la prensa ovetense, dibujando en Región una nota humorística diaria desde 1923 a 1924.

Este último año expuso en la Casa Masaveu de Oviedo y en el Real Club de Regatas de Gijón caricaturas y dibujos decorativos. Asimismo, estuvo presente en el Salón de Humoristas de Barcelona y en 1925 en el de Avilés, con obras de tipos y costumbres asturianas. En 1927 participó en la Exposición de Artistas Asturianos organizada por el diario El Heraldo de Madrid y en la Exposición de Artistas Regionales celebrada en el Ateneo Casino Obrero de Gijón, a la que acudió con cinco obras. En 1934 estuvo presente en la de Artistas Asturianos de Avilés. En todas ellas colgaría caricaturas personales de personajes populares y cuadros de costumbre, asturianas. Entre 1925 y 27 trabajó para Asturum. En 1931 editó un porfolio de caricaturas personales y en 1932 ilustró anuncios de películas. Al comenzar la guerra civil se exilió en Suiza, donde publicó caricaturas de jefes de Estado de la época y una historieta. De 1939 y 1945 se dedicó fundamentalmente al óleo y celebró exposiciones individuales en Avilés y Gijón y participó en otras colectivas, como la celebrada en la Universidad de Oviedo en 1942 o la Exposición Homenaje a Evaristo Valle. En 1956 empezó una larga colaboración en El Comercio, con una nota humorística diaria que se prolongaría hasta su muerte en dicha ciudad en 1964.

Bibliografía

• Diccionario Enciclopédico del Principado de Asturias, Tomo 15. Ediciones Nobel, Oviedo 2004.