Iglesia de San Esteban de Sograndio
Iglesia de San Esteban de Sograndio (siglos XII-XIII).
Fue declarada, el 23 de febrero de 1993, Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.
La villa e iglesia de Sograndio aparecen citados en una donación de Alfonso VII y Urraca datada en el siglo XII. Si bien la iglesia presenta algunos elementos constructivos fechables una centuria posterior.
Presenta rasgos típicos del románico asturiano tanto en su estructura como en su decoración, observándose similitudes con la Cámara Santa, San Pedro de Villanueva o Santa María de Villamayor.
Se trata de una iglesia de nave única, rectangular, y con cubierta de madera a dos aguas. Un arco de triunfo une dicha nave con el ábside semicircular, con bóveda de cañón, precedido de tramo recto. Posteriormente, se añadieron, en la fachada meridional, un pórtico y una sacristía. Lo más destacable del interior es el citado arco de triunfo: doblado, se apoya en cuatro columnas con basas y capiteles decorados. En estos últimos, además de motivos vegetales, encontramos, en el derecho, una escena romántica repetida en otras iglesias asturianas: un caballero se despide de su dama con un beso. De mayor belleza es el capitel izquierdo, esculpido por sus tres lados exteriores, en el que se representa la Crucifixión, con la Virgen y San Juan y otras figuras que algunos identifican con los apóstoles.
En el exterior destaca la portada principal. Ésta sobresale en la fachada oeste con tres arquivoltas, decoradas con dientes de sierra y tetrapétalas, que se apoyan sobre cuatro columnas con motivos escultóricos en sus capiteles (con hojas y bolas) y en las basas (garras). Sobre las arquivoltas hay un guardapolvo con ajedrezado que también se repite en la línea de imposta. Culmina la portada con un tejaroz con diez canecillos historiados. Estos canecillos también se prolongan por la nave y rodean todo la cabecera con motivos zoomórficos, antropomóficos y de rollos. El ábside cuenta además con moldura de diente de sierra. En su parte central se abre una pequeña ventana de arco con columnas cuyos capiteles también presenta decoración vegetal. Dos columnas adosadas enmarcan esta ventanita de la cabecera.
Fue incendiada durante la Guerra Civil y su reconstrucción fue llevada a cabo por Luis Menéndez Pidal y Álvarez.