García I
Rey de León (910-914).
Hijo de Alfonso III, el Magno y de su esposa Doña Jimena. Se rebeló contra su padre, quien después de haberle vencido le encerró en el Castillo de Gouzón. Más tarde Alfonso III le devolvió la libertad y repartió su reino entre sus hijos, correspondiéndole a García el territorio de León. Del levantamiento contra su padre se cuenta que fue instigado por su propia madre, y por Nuño Fernández, conde de Castilla y padre de la esposa de García, doña Munia. Su reinado comenzó en el año 910, se estableció en León, y nombró capital del reino la ciudad de mismo nombre. Trató de apoderarse del territorio de Ordoño, pero lo impidió su madre. Más tarde se unió a Ordoño y junto a él trató de ampliar las fronteras del reino luchando contra los musulmanes, batallando contra Abderramán III. Las crónicas medievales cristianas sostienen que hubo paz entre García y Abdallah, continuando el acuerdo que ya existía con Alfonso III. En la crónica de Sampiro se narra una incursión en la ciudad de Talavera, donde venció García, talando los árboles y quemando los campos de cultivo y la propia ciudad. A la muerte de su padre traslada la corte a León, tierras donde ya ejercía el gobierno desde antes del año 910. Sin descendencia, murió en Zamora en el año 914, aunque posteriormente trasladaron sus restos al Panteón de los Reyes en la Catedral de Oviedo.