Diferencia entre revisiones de «Monasterio de San Pelayo»

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El monasterio benedictino de [[San Pelayo]], conocido popularmente como el monasterio de las pelayas, es uno de los monumentos más importantes del barroco en Oviedo. Proviene la construcción original de época medieval, fundado bajo la advocación de San Juan Bautista, probablemente del siglo X, con el patrocionio de [[Teresa Ansúrez]], viuda de Sancho el Gordo de León pero es a finales del siglo XVI y principios del XVII (1582-1604) cuando se reconstruye su iglesia y a partir de 1654 se comienza la renovación de sus instalaciones. Los primeros autores de esta renovación son los maestros [[Melchor de Velasco]] y su padre Bartolomé, que renuevan claustro, dormitorios locutorio, cocina... y cuya obra principal es la torre del monasterio. A pesar de la fuerte renovación, Velasco debe abandonar el monasterio de San Pelayo sin haber terminado la obra, puesto que le reclamaban en Galicia para otros asuntos de mayor importancia. Por ello, las monjas suscriben otro contrato, esta vez con el maestro Francisco de Cubas, desconociéndose hasta qué punto la versión definitiva de la traza del monasterio se debe a uno o a otro arquitecto. En 1694, los maestros [[Gregorio Roza]] y [[Gaspar Ladrón de Guevara]] comenzaron una nueva fase de reformas que afectó a las fachadas exteriores. La última fase de la reforma del monasterio que se llevó a cabo en el barroco y que nos ofrece el aspecto actual del monasterio comenzó en 1703 con la construcción de la vicaría con su imponente fachada, las habitaciones para los vicarios y un nuevo vestíbulo para el monasterio.
 
El monasterio benedictino de [[San Pelayo]], conocido popularmente como el monasterio de las pelayas, es uno de los monumentos más importantes del barroco en Oviedo. Proviene la construcción original de época medieval, fundado bajo la advocación de San Juan Bautista, probablemente del siglo X, con el patrocionio de [[Teresa Ansúrez]], viuda de Sancho el Gordo de León pero es a finales del siglo XVI y principios del XVII (1582-1604) cuando se reconstruye su iglesia y a partir de 1654 se comienza la renovación de sus instalaciones. Los primeros autores de esta renovación son los maestros [[Melchor de Velasco]] y su padre Bartolomé, que renuevan claustro, dormitorios locutorio, cocina... y cuya obra principal es la torre del monasterio. A pesar de la fuerte renovación, Velasco debe abandonar el monasterio de San Pelayo sin haber terminado la obra, puesto que le reclamaban en Galicia para otros asuntos de mayor importancia. Por ello, las monjas suscriben otro contrato, esta vez con el maestro Francisco de Cubas, desconociéndose hasta qué punto la versión definitiva de la traza del monasterio se debe a uno o a otro arquitecto. En 1694, los maestros [[Gregorio Roza]] y [[Gaspar Ladrón de Guevara]] comenzaron una nueva fase de reformas que afectó a las fachadas exteriores. La última fase de la reforma del monasterio que se llevó a cabo en el barroco y que nos ofrece el aspecto actual del monasterio comenzó en 1703 con la construcción de la vicaría con su imponente fachada, las habitaciones para los vicarios y un nuevo vestíbulo para el monasterio.

Revisión de 12:12 12 abr 2007

Monasterio de San Pelayo
Plano del Monasterio de San Pelayo

El monasterio benedictino de San Pelayo, conocido popularmente como el monasterio de las pelayas, es uno de los monumentos más importantes del barroco en Oviedo. Proviene la construcción original de época medieval, fundado bajo la advocación de San Juan Bautista, probablemente del siglo X, con el patrocionio de Teresa Ansúrez, viuda de Sancho el Gordo de León pero es a finales del siglo XVI y principios del XVII (1582-1604) cuando se reconstruye su iglesia y a partir de 1654 se comienza la renovación de sus instalaciones. Los primeros autores de esta renovación son los maestros Melchor de Velasco y su padre Bartolomé, que renuevan claustro, dormitorios locutorio, cocina... y cuya obra principal es la torre del monasterio. A pesar de la fuerte renovación, Velasco debe abandonar el monasterio de San Pelayo sin haber terminado la obra, puesto que le reclamaban en Galicia para otros asuntos de mayor importancia. Por ello, las monjas suscriben otro contrato, esta vez con el maestro Francisco de Cubas, desconociéndose hasta qué punto la versión definitiva de la traza del monasterio se debe a uno o a otro arquitecto. En 1694, los maestros Gregorio Roza y Gaspar Ladrón de Guevara comenzaron una nueva fase de reformas que afectó a las fachadas exteriores. La última fase de la reforma del monasterio que se llevó a cabo en el barroco y que nos ofrece el aspecto actual del monasterio comenzó en 1703 con la construcción de la vicaría con su imponente fachada, las habitaciones para los vicarios y un nuevo vestíbulo para el monasterio.

Con el traslado de los restos de San Pelayo a Oviedo para ser depositados en este convento, varió su designación para denominarse Monasterio de San Pelayo.

Las monjas benedictinas conocidas como las pelayas, ocupan un convento de clausura que cuenta con mil años de existencia, un notable fondo documental y que en la actualidad sirve como Archivo Histórico Provincial. En su archivo se pueden encontrar los fondos de los monasterios de San Bartolomé de Nava, Santa María de Villamayor, San Vicente y Santa María de la Vega, junto a abundantes objetos y reliquias que pasaron a formar del convento.

La iglesia fue construida entre los años 1592 y 1600, es de planta sencilla, una sola nave carente de capillas. La fachada está construida con sillares perfectamente escuadrados y formada por tres puertas con molduras. Sobre ésta se coloca una hornacina con la figura en piedra de San Pelayo y un rosetón acristalado. En 1703 se diseñó la fachada de la Vicaría, basándose en los palacios barrocos. La planta baja se organiza con tres grandes arcos entre columnas toscanas exentas, que sustentan los balcones de la primera planta, balconadas decoradas con molduras de orejas entre columnas jónicas. En la segunda planta se colocan los escudos de la orden benedictina, por debajo del escudo real, que se sitúa en un destacado ático bajo frontón curvo y entre dos columnas corintias. El claustro tiene tres alturas que le convierten en una construcción maciza con cierto aire de monumental. Al igual que la iglesia, el claustro se sustenta en pilares y columnas de orden toscano. En el siglo XVII se sustituyó la antigua torre campanario por una nueva torre rematada con una flecha de tracería gótica, que reproduce en menor tamaño, la verticalidad de la torre de la Catedral.

La titularidad y gestión del edificio es eclesiástica.

Se encuentra situado en la calle de San Vicente y es un monumento que no tiene establecido (por su caracter y uso privado) horarios de visitas.