Diferencia entre revisiones de «Abderramán II»

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Cuarto emir independiente de Córdoba, nacido en Toledo en 792 y muerto en Córdoba el 22 de septiembre de 852. Sucede a su padre al-Hakam I cuando éste fallece en 822. Las revueltas de los periodos anteriores, derivadas de la tensión entre árabes y beréberes, continúan durante su reinado en las zonas periféricas, Mérida, Toledo, insurrecciones de los Banu Quasi, que en algunos momentos llegan a impedir el desarrollo de las aceifas contra los territorios cristianos permitiendo a [[Alfonso II, el Casto]], por entonces reinante, gozar de algunos breves periodos de paz externa. Sin embargo, las zonas centrales del emirato gozaron de un alto grado de unidad. Abderramán promoverá una reforma administrativa inspirada en el Califato de Bagdad, que a su vez se había basado en el antiguo Imperio Sasánida, en detrimento de los usos sirios implantados por Abderramán I. Su eficacia como administrador la atestigua la construcción de una amplia red atalayas para protegerse de los ataques normandos, que en el año 844 habían saqueado Sevilla para sufrir posteriormente una dura derrota a manos del emir en la batalla de Tablada, perdiendo 30 naves y sufriendo más de mil bajas.
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Cuarto emir independiente de Córdoba, nacido en Toledo en 792 y muerto en Córdoba el 22 de septiembre de 852. Sucede a su padre [[Al-Hakam]] cuando éste fallece en 822. Las revueltas de los periodos anteriores, derivadas de la tensión entre árabes y beréberes, continúan durante su reinado en las zonas periféricas, Mérida, Toledo, insurrecciones de los Banu Quasi, que en algunos momentos llegan a impedir el desarrollo de las aceifas contra los territorios cristianos permitiendo a [[Alfonso II, el Casto]], por entonces reinante, gozar de algunos breves periodos de paz externa. Sin embargo, las zonas centrales del emirato gozaron de un alto grado de unidad. Abderramán promoverá una reforma administrativa inspirada en el Califato de Bagdad, que a su vez se había basado en el antiguo Imperio Sasánida, en detrimento de los usos sirios implantados por Abderramán I. Su eficacia como administrador la atestigua la construcción de una amplia red atalayas para protegerse de los ataques normandos, que en el año 844 habían saqueado Sevilla para sufrir posteriormente una dura derrota a manos del emir en la batalla de Tablada, perdiendo 30 naves y sufriendo más de mil bajas.
  
 
A pesar de haber conseguido una relativa estabilidad social, en 850 ha de hacer frente a una insurrección mozárabe conocida como el Episodio de los Mártires de Córdoba. La raíz del conflicto estaba en las presiones de la administración andalusí sobre la población mozárabe para que abandonase el romance y el latín a favor del árabe, siendo el detonante del conflicto, que contaba con varios precedentes, la ejecución del presbítero Perfecto por haber declarado que Mahoma era un falso profeta. Espoleados por San Eulogio, numerosos mozárabes buscarían voluntariamente el martirio como afirmación de su identidad religiosa. Abderramán conseguiría en 852, poco antes de su muerte, que un concilio de obispos mozárabes condenase la conducta de los mártires.
 
A pesar de haber conseguido una relativa estabilidad social, en 850 ha de hacer frente a una insurrección mozárabe conocida como el Episodio de los Mártires de Córdoba. La raíz del conflicto estaba en las presiones de la administración andalusí sobre la población mozárabe para que abandonase el romance y el latín a favor del árabe, siendo el detonante del conflicto, que contaba con varios precedentes, la ejecución del presbítero Perfecto por haber declarado que Mahoma era un falso profeta. Espoleados por San Eulogio, numerosos mozárabes buscarían voluntariamente el martirio como afirmación de su identidad religiosa. Abderramán conseguiría en 852, poco antes de su muerte, que un concilio de obispos mozárabes condenase la conducta de los mártires.
  
En lo tocante a sus relaciones con la monarquía de Oviedo, como ya había ocurrido con sus predecesores, [[Hixem I]] (788-796), [[Al-Hakam I]] (796-822), se alternarán periodos de guerra y paz en función de la situación interna del emirato andalusí. A su llegada al trono, nombra canciller al anciano general [[Abd al-Karim ibn Mugait]], quien dirigirá una dura aceifa contra Álava, según cuentan los cronistas musulmanes. En el año 825 se planea una ambiciosa campaña contra el reino cristiano consistente en una triple ofensiva que en opinión de Sánchez Albornoz podría haber tenido como último objetivo conquistar Galicia para hacerla servir de base para ulteriores ofensivas contra territorio asturiano. Así, Ubayd Allah al-Balansi, nieto de [[Abderramán I]], dirige un ataque contra Álava mientras los hermanos Quraisi, de estirpe Omeya, al-Abbas y Malik se lanzan sobre territorio gallego desde Coimbra y Viseo respectivamente, con la intención de atenazar al ejército de Alfonso II. Pero el rey Casto derrota a las fuerzas de al-Abbas en la ribera del río Naharrón, en Lugo, para hacer frente algunos días después a Malik, que correría la misma suerte que su hermano, sobre el Chan de Vilariño. El emir tratará de desquitarse organizando una inusual razzia invernal contra territorios cántabros de la que no se tienen noticias precisas. Después de estos episodios Abderramán II tendrá que reprimir varias rebeliones, no pudiendo reanudar las aceifas hasta 838; a partir de entonces se producirán incursiones musulmanas anuales durante cuatro años, que tendrán como principal objetivo las tierras de Álava y Galicia. Una de ellas, dirigida por el propio emir, es posible que fuera en apoyo de Mahamud inb Abd al-Yabar, berebere emeritense que se había rebelado en su ciudad contra el emir, siendo acogido en Galicia por Alfonso II contra el que ahora se levantaba infructuosamente; en cualquier caso el ejército musulmán se encuentra ante sí a las tropas cristianas, que acababan de sofocar la insurrección del berebere, sin que ninguna de las dos fuerzas se decida a iniciar combate.  
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En lo tocante a sus relaciones con la monarquía de Oviedo, como ya había ocurrido con sus predecesores, [[Hixem I]] (788-796), [[Al-Hakam]] (796-822), se alternarán periodos de guerra y paz en función de la situación interna del emirato andalusí. A su llegada al trono, nombra canciller al anciano general [[Abd al-Karim ibn Mugait]], quien dirigirá una dura aceifa contra Álava, según cuentan los cronistas musulmanes. En el año 825 se planea una ambiciosa campaña contra el reino cristiano consistente en una triple ofensiva que en opinión de Sánchez Albornoz podría haber tenido como último objetivo conquistar Galicia para hacerla servir de base para ulteriores ofensivas contra territorio asturiano. Así, Ubayd Allah al-Balansi, nieto de [[Abderramán I]], dirige un ataque contra Álava mientras los hermanos Quraisi, de estirpe Omeya, al-Abbas y Malik se lanzan sobre territorio gallego desde Coimbra y Viseo respectivamente, con la intención de atenazar al ejército de Alfonso II. Pero el rey Casto derrota a las fuerzas de al-Abbas en la ribera del río Naharrón, en Lugo, para hacer frente algunos días después a Malik, que correría la misma suerte que su hermano, sobre el Chan de Vilariño. El emir tratará de desquitarse organizando una inusual razzia invernal contra territorios cántabros de la que no se tienen noticias precisas. Después de estos episodios Abderramán II tendrá que reprimir varias rebeliones, no pudiendo reanudar las aceifas hasta 838; a partir de entonces se producirán incursiones musulmanas anuales durante cuatro años, que tendrán como principal objetivo las tierras de Álava y Galicia. Una de ellas, dirigida por el propio emir, es posible que fuera en apoyo de Mahamud inb Abd al-Yabar, berebere emeritense que se había rebelado en su ciudad contra el emir, siendo acogido en Galicia por Alfonso II contra el que ahora se levantaba infructuosamente; en cualquier caso el ejército musulmán se encuentra ante sí a las tropas cristianas, que acababan de sofocar la insurrección del berebere, sin que ninguna de las dos fuerzas se decida a iniciar combate.  
  
 
Muerto Alfonso II, en 842, su sucesor [[Ramiro I]] (842-850), tendrá que hacer frente a dos ataques musulmanes. En 846 Mohamed, uno de los hijos del emir, asedia la ciudad de León, que había sido repoblada desempeñando el papel de vigía para el reino asturiano, huyendo sus habitantes sin presentar batalla ante la superioridad del ejército enemigo. Tres o cuatro años después, otro hijo de Abderramán, El Mondhir, ataca Álava sin que se conozca ningún detalle de la expedición.
 
Muerto Alfonso II, en 842, su sucesor [[Ramiro I]] (842-850), tendrá que hacer frente a dos ataques musulmanes. En 846 Mohamed, uno de los hijos del emir, asedia la ciudad de León, que había sido repoblada desempeñando el papel de vigía para el reino asturiano, huyendo sus habitantes sin presentar batalla ante la superioridad del ejército enemigo. Tres o cuatro años después, otro hijo de Abderramán, El Mondhir, ataca Álava sin que se conozca ningún detalle de la expedición.
  
 
[[Category:Biografías|Abderramán II]]
 
[[Category:Biografías|Abderramán II]]

Revisión de 09:23 16 abr 2007

Cuarto emir independiente de Córdoba, nacido en Toledo en 792 y muerto en Córdoba el 22 de septiembre de 852. Sucede a su padre Al-Hakam cuando éste fallece en 822. Las revueltas de los periodos anteriores, derivadas de la tensión entre árabes y beréberes, continúan durante su reinado en las zonas periféricas, Mérida, Toledo, insurrecciones de los Banu Quasi, que en algunos momentos llegan a impedir el desarrollo de las aceifas contra los territorios cristianos permitiendo a Alfonso II, el Casto, por entonces reinante, gozar de algunos breves periodos de paz externa. Sin embargo, las zonas centrales del emirato gozaron de un alto grado de unidad. Abderramán promoverá una reforma administrativa inspirada en el Califato de Bagdad, que a su vez se había basado en el antiguo Imperio Sasánida, en detrimento de los usos sirios implantados por Abderramán I. Su eficacia como administrador la atestigua la construcción de una amplia red atalayas para protegerse de los ataques normandos, que en el año 844 habían saqueado Sevilla para sufrir posteriormente una dura derrota a manos del emir en la batalla de Tablada, perdiendo 30 naves y sufriendo más de mil bajas.

A pesar de haber conseguido una relativa estabilidad social, en 850 ha de hacer frente a una insurrección mozárabe conocida como el Episodio de los Mártires de Córdoba. La raíz del conflicto estaba en las presiones de la administración andalusí sobre la población mozárabe para que abandonase el romance y el latín a favor del árabe, siendo el detonante del conflicto, que contaba con varios precedentes, la ejecución del presbítero Perfecto por haber declarado que Mahoma era un falso profeta. Espoleados por San Eulogio, numerosos mozárabes buscarían voluntariamente el martirio como afirmación de su identidad religiosa. Abderramán conseguiría en 852, poco antes de su muerte, que un concilio de obispos mozárabes condenase la conducta de los mártires.

En lo tocante a sus relaciones con la monarquía de Oviedo, como ya había ocurrido con sus predecesores, Hixem I (788-796), Al-Hakam (796-822), se alternarán periodos de guerra y paz en función de la situación interna del emirato andalusí. A su llegada al trono, nombra canciller al anciano general Abd al-Karim ibn Mugait, quien dirigirá una dura aceifa contra Álava, según cuentan los cronistas musulmanes. En el año 825 se planea una ambiciosa campaña contra el reino cristiano consistente en una triple ofensiva que en opinión de Sánchez Albornoz podría haber tenido como último objetivo conquistar Galicia para hacerla servir de base para ulteriores ofensivas contra territorio asturiano. Así, Ubayd Allah al-Balansi, nieto de Abderramán I, dirige un ataque contra Álava mientras los hermanos Quraisi, de estirpe Omeya, al-Abbas y Malik se lanzan sobre territorio gallego desde Coimbra y Viseo respectivamente, con la intención de atenazar al ejército de Alfonso II. Pero el rey Casto derrota a las fuerzas de al-Abbas en la ribera del río Naharrón, en Lugo, para hacer frente algunos días después a Malik, que correría la misma suerte que su hermano, sobre el Chan de Vilariño. El emir tratará de desquitarse organizando una inusual razzia invernal contra territorios cántabros de la que no se tienen noticias precisas. Después de estos episodios Abderramán II tendrá que reprimir varias rebeliones, no pudiendo reanudar las aceifas hasta 838; a partir de entonces se producirán incursiones musulmanas anuales durante cuatro años, que tendrán como principal objetivo las tierras de Álava y Galicia. Una de ellas, dirigida por el propio emir, es posible que fuera en apoyo de Mahamud inb Abd al-Yabar, berebere emeritense que se había rebelado en su ciudad contra el emir, siendo acogido en Galicia por Alfonso II contra el que ahora se levantaba infructuosamente; en cualquier caso el ejército musulmán se encuentra ante sí a las tropas cristianas, que acababan de sofocar la insurrección del berebere, sin que ninguna de las dos fuerzas se decida a iniciar combate.

Muerto Alfonso II, en 842, su sucesor Ramiro I (842-850), tendrá que hacer frente a dos ataques musulmanes. En 846 Mohamed, uno de los hijos del emir, asedia la ciudad de León, que había sido repoblada desempeñando el papel de vigía para el reino asturiano, huyendo sus habitantes sin presentar batalla ante la superioridad del ejército enemigo. Tres o cuatro años después, otro hijo de Abderramán, El Mondhir, ataca Álava sin que se conozca ningún detalle de la expedición.