Carta de venta (5 de abril de 1078)
5 de abril de 1078: Carta de venta de Doña Mayor Froilaz junto a sus hijos (Froila Díaz y Antonino Díaz; hijos de Diego Pérez y nietos del Conde Pedro Lainez), a favor de D. Pedro Muñiz, obispo de Astorga. Este es un interesantísimo documento (desde el punto de vista histórico y cultural) pues se trata de una escritura privada de compraventa, en la que la mencionada Mayor Froilaz vende al Obispo de Astorga (Pedro Muñiz, quizás su hermano), una villa que hereda de sus padres. Esta heredad se llamaba Villa-Ataulio y se situaba en el territorio de Gijón, a orillas del Océano. Comienza el texto diciendo:
«In Dei Nomine, ego Maior Froilaz, cognomento María simul cum filas meis nominatis Froila Didaz et Antonino Didaz qui sunt filios de Dedagus Petriz et nepotos de Comite Petro Flainiz uobis Petro Munniz Astoricense Episcopus in Domino Deo... in territorio Gijon secus occeane maris nominata Ataulio...» |
El texto en bajo latín viene a decirnos:
«En el nombre de Dios, yo Mayor Froilaz, por sobrenombre María, junto a mis hijos llamados Froila Díaz y Antonino Díaz, hijos de Diego Pérez y nietos de Pedro Lainez, Conde. A vos, Pedro Núñez, Obispo de Astorga, que salud eterna dé el Señor: Es nuestro deseo y conveniencia, sin imposición ni persuasión, de ningún genero, sino movido por voluntad propia y libre; que Nos (la arriba nombrada), Mayor Froilaz, con mis hijos (Froila y Antonino), a vos D. Pedro Muñiz, Obispo de Astorga, os otorgamos escritura de venta sobre tasación de nuestra Villa propia llamada Ataulio, que heredamos de nuestros padre y abuelos. Heredad sita en Asturias, en territorio de Gijón, junto al mar Océano, con todos sus términos antiguos según la poseyeron nuestros padres y abuelos, con sus salidas alrededor por todos lados, sus huertos, prados, pastos, montes al mar, fuentes, aguas corrientes, con sus acueductos, sus pesquerías junto al mar, con oficinas salineras, y con otros bienes necesarios al sustento de los hombres. Por todo cuanto recibimos de vos, trescientos cincuenta sueldos de plata excelente y un traje nuevo de mujer, de piel de mustela, forrado en paño verde, galoneado de precioso grecisco, todo alrededor y con sus mangas y hechuras rematadas en oro, valorado en ochocientos sueldos de plata excelente. Asimismo, un caballo rojo claro, de espinazo negro, con su silla, gualdrapa y freno, valuado en ciento cincuenta sueldos de plata excelente y un vaso de purísima plata de peso estimado en setenta y cinco sueldos. Cuyo precio integro nos entregareis, así como sobre escrito va, y nos recibimos. Por tanto, os entregamos la sobredicha Villa llamada Ataulio íntegramente y sin otro heredero; la misma que vos por vuestro dinero recibisteis al día de hoy, renunciado después a nuestro derecho y traspasándola y confirmándola después al vuestro, para que hagáis con ella cuanto deseéis a vuestra voluntad. Si alguno de nosotros o de nuestra estirpe o extraño en la familia (que no creemos que suceda), intentase quebrantar esta escritura de venta, incurrirá en la ira de Dios Omnipotente y que excomulgado sea y que con el diablo y sus ángeles perezca sepultado en los profundos infiernos. Y cuantos en esta culpa incurriesen, paguen allí donde cometiesen la falta con el duplo y mil sueldos de purísima plata, a vos y a los que a vuestra vos tenga; y otro tanto erario al rey». Este curioso texto se firma en 1116 de la Era (1078 Anno Domini), día cuarto de las nonas de Abril siendo rey Alfonso, hijo de Fernando y de Doña Sancha. Rubricado por Doña Mayor junto a sus hijos, autorizando con la firma a D. Arias (Obispo de Oviedo), Pelayo (Obispo de León), Pedro Peláez (Conde) y largo etc. Firmado por el notario Pedro Martín, frente a dos testigos. |
En nuestra opinión se trata de un documento de compraventa y cesión de una cuñada (Mayor Froilaz), al Obispo de Astorga Pedro Muñiz, hermano de su marido. Así lo consideramos porque en el documento anterior veíamos que Mayor Froilaz era la esposa de Froyla Muñiz, quien creemos quizá hermano de este obispo asturiano que pudo comprar la heredad compartida al enviudar su cuñada. Ello explicaría el tipo de redacción que tiene el escrito, tanto como el bajo coste, y la escritura señalada con ese final tan «dramático»; por el cual, a todo de la estirpe que se le ocurriera reclamar esta villa de Ataulio, quedaría condenado para siempre a los infiernos. En ello asimismo vemos que tiene en parte un sentido de cesión o regalo a la iglesia, de una villa y terrenos que verdaderamente se escrituran en un precio irrisorio (a nuestro juicio). Algo que afirmamos, porque dos años mas tarde, el obispo de Astorga que la adquiere, la cede a la Iglesia de Oviedo.
En opinión de muchos expertos (entre ellos Jovellanos) Ataulio procede etimológicamente de Ataulfo y proviene de la voz germana Wolf (lobo). A juicio de estos expertos, puede proceder del primer obispo de Oviedo que así se llamó (Ataulfo del siglo IX). En nuestra opinión sería mas acertado buscar su origen en el recuerdo del primer rey Godo —Ataulfo—, pues es posible que en esta época y en la zona asturiana, las leyendas godas y visigodas fueran narradas por trovadores y se conservaran de modo «romántico» en la memoria; evidentemente, Ataulfo es un rey con una historia mas que legendaria, casado con Gala Placidia, princesa romana a la que secuestra y que era de origen hispano, hija del emperador Teodosio, que se dice nació en Coca (Segovia). Existe en Castilla, igualmente, un pueblecito que se dice de origen visigodo llamado Atauta y cuyo nombre creemos que procede del recuerdo de Ataulfo.
El emplazamiento de dicha villa de Ataulio la sitúa Somoza en el actual barrio gijonense de Santa Olaya [sic por Olalla], al que pensamos quizá dio hasta su nombre (pues no está muy lejos Ataulio de Olaya). Este barrio en el siglo XVII se llamaba Santa Eulalia del mar y pertenecía al Señor de Contrueces, Menen Pérez de Valdés, y de la casa Menéndez de Valdés paso luego a los Ramírez de Jove (emparentados con Jovellanos). En este siglo XVIII se confirmó como el límite de Natahoyo, coto señorial; nombre que testifica su relación con las voces de Ataulfo y Atauta (como ya hemos dicho antes). Sus salinas y pesquerías fueron desecadas en el siglo XVIII, aunque antes se llamaron el humedal de Ataulio.
Al total que paga el obispo por la heredad, se suman unos regalos que fueron un traje nuevo, de piel... un caballo rojo... y un vaso de plata pura... La valuación de todo aquel pago es de mil trescientos Sueldos de pura plata excelentes, en una suma que es 350 sueldos en monedas, 800 sueldos en los que se valora el traje, 150 sueldos del caballo con arreos y silla, 75 sueldos del vaso de plata pura, 1375 sueldos en total; Somoza tasa estos 1375 Sueldos de 1078 en 1145 pesetas del año en que edita su libro, Gijón en la Historia General de Asturias: 1908. Ello nos lleva a calcular con una inflación de un 4000 x 100 desde ese año de 1908 hasta el día de hoy, habida cuenta el precio del pan desde entonces hasta hoy, cuando escribimos el presente estudio (2010). De lo que el valor estimado por Julio Somoza sería de unos 4.600.000 de las antiguas pesetas, que se corresponden con unos 28.000 euros. Evidentemente es un valor irrisorio y creemos que nos habla de dos cosas: En primer lugar, de la capacidad desde antiguo de escriturar bienes a precios muy inferiores al suyo (para evitar diezmos, tasas e impuestos) y en segundo término, de que sea una heredad compartida. Partiendo del caso que fuera una herencia compartida entre el obispo y su hermano (esposo? fallecido? de Doña Mayor Froilaz, que sabemos era viuda de Diego Pérez y casada en segundas nupcias con Froyla Muñiz), tampoco es un precio imaginable por una finca de estas características veintiocho mil euros, aunque éste fuera la mitad de su valor. Ello seguramente responde a haber realizado un precio muy rebajado en la venta, al ser el comprador un pariente y (sobre todo) al hecho de que posteriormente, se fuera a legar a la Iglesia de Oviedo esta Villa de Ataulio. Por cuanto se entiende ese final en el que se dice que cualquiera de la familia o extraño, que reclamase más dinero o la posesión de esta villa, será excomulgado e irá al infierno (como hecho que deja a entender que se había entregado a aquel precio esa villa, como una forma de pago para alcanzar el cielo).
Por su parte llama muchísimo la atención la posibilidad de escriturar a un precio tan bajo los bienes, algo que nos habla de una costumbre (sobre todo del Norte de España), pues es sabido que en la zona cantábrica desde antiguo las escrituras se elevaban en tasaciones muy bajas. Quien suscribe el presente articulo es descendiente de notarios, que lo fueron desde el siglo XVII de Santander y luego de Asturias (llamados en un lado Gómez de Diego Madrazo y, al llegar a Gijón, Gómez-Morán) y vistas las escrituras, nos llamaron siempre la atención estos precios tan sumamente bajos que en los bienes inmuebles se mencionan, con toda seguridad para evitar tasas e impuestos. Siendo aún una costumbre que se tenía como normal en los años en los que Somoza escribe el libro del que hablamos (principios del siglo XX), cuando aún permitían escriturar los inmuebles por un valor hasta cincuenta veces mas bajo al de mercado. De ello que al escritor no le llame apenas la atención este hecho de infravalor en escritura de la villa de Ataulio.
Finalmente, muy curiosa es la valoración del traje, que duplica en precio calculado a todo cuanto paga en monedas el obispo, quien aporta 350 Sueldos en plata por un traje de mujer usado, valorado en 800 Sueldos. Casi el total de esta heredad se paga con la mencionada prenda de mujer, que por muy de piel que fuera y por muy forrado en paño que estuviera, llama muchísimo la atención que pudiera valer casi tanto como una Villa con pesquerías, salinas, acueductos, montes y fuentes. Igualmente, en esta tasación del traje, uno de los motivos que menciona y le hacen muy valioso, es que fuera a modo griego bordado. Ello nos habla, sin duda, de la moda de Bizancio y de los tejidos orientales (posiblemente conteniendo sedas que eran apreciadísimas y no existen en Europa hasta la llegada de Marco Polo). Pero, tras este inciso, por el interés que tiene la compraventa analizada, continuemos con actas históricas y documentos del Principado.