Carlomagno
Carlos I el Grande, conocido como Carlomagno, 742-814.
Nació en Renania el 2 de abril de 742. Rey de los francos (768-814), de los lombardos (774–814), y proclamado por el Papa Emperador de Occidente (800-814). A raíz de esa proclamación se le considera fundador del Imperio Carolingio, posteriormente Sacro Imperio Romano Germánico (962). Hijo de Pipino el Breve y Bertrada de Laon y nieto de Carlos Martel, quien frenó a los musulmanes en Poitiers en el 732, asumió el trono de los francos, tras el fallecimiento temprano de su hermano Carlomán en el 771, pese a que el reino se había repartido por mandato paterno entre ambos hermanos.
Las agresivas campañas militares de Carlomagno le llevaron a someter a los lombardos, a los sajones, ávaros y también a la Península Ibérica, donde no pudo superar a los musulmanes en el año 778, donde fue derrotado en la Batalla de Roncesvalles, conformándose con fundar la denominada Marca Hispánica en lo que hoy es la provincia española de Cataluña.
El año 798 Alfonso II el Casto ofreció a Carlomagno en una embajada varios presentes en muestra de su poder. Con él prosperó Sin embargo, otra batalla en Roncesvalles, que según las fuentes se produjo en el año 808, supuso una derrota para Carlomagno a cargo de los nobles de Oviedo favorables al antiguo monarca Mauregato.
Este conflicto por la fundación de un imperio cristiano que heredase al Imperio Romano de Occidente provocó también la intervención de los eruditos carolingios en la polémica del adopcionismo: Alcuino de York, natural de Inglaterra, uno de los más importantes eruditos de su tiempo --formaba parte de la Escuela Palatina que incluía a Eguinardo (biógrafo personal de Carlomagno), Pablo el Diácono, Pablo de Pisa y Teodulfo de Orleans, era visto por el hereje adopcionista Elipando como discípulo de Beato de Liébana.
En su intento de recuperar el Imperio Romano, paralelo al del Alfonso II, el 25 de diciembre del año 800 el Papa León III coronó en Roma a Carlomagno como Emperador de Occidente, bajo la fórmula Romanum gubernans Imperium, lo que inicialmente le puso en contra al Imperio Romano de Oriente, es decir, el Imperio Bizantino. Inmediatamente, el Califato Abásida, enemigo de los bizantinos, le envió una embajada a Aquisgran. Posteriormente, el emperador de Bizancio Miguel I reconoció en 812 a Carlomagno como emperador de Occidente en el tratado de Aquisgrán. Sin embargo, esa sumisión a la Iglesia romana, que se remonta a la época en la que el Papa Zacarías proclamó rey de los francos a su padre Pipino (751), acabó demostrando que la unidad de la fe no equivalía a la unidad del imperio: Carlomagno falleció el 28 de enero del 814 en Aquisgrán, donde fue enterrado, sin llegar a ver la disolución del Sacro Imperio en el Tratado de Verdún (843), dada la incapacidad de su sucesor Ludovico Pío. Desde entonces, el título de emperador del Sacro Imperio no pasó de ser algo nominal, una suerte de título simbólico que iba cambiando de manos de los distintos señores feudales de Europa.