Proaza
Concejo perteneciente a la comarca central que destaca por ser uno de los más montuosos. Constituye la cabecera central del valle del río Trubia. Limita al norte con Santo Adriano y Grado, al sur con Teverga y Quirós, al oeste con Yernes y Tameza y Teverga y al este con Quirós. Comprende una extensión de 76,80 km².
El área montañosa en el que se adentra el concejo está formado por una serie de cordales muy desarrollados y perpendiculares a la cordillera cantábrica, abriéndose camino entre ellos el río Trubia, que dibuja vegas en su trayecto. Se origina de este modo una orografía con grandes diferencias, en la que podemos observar suaves vegas y empinadas pendientes. Más del 60% del terreno tiene una altitud mayor a los 400 metros, siendo de un 16% la proporción que supera los 1.200 metros. Entre los sistemas montañosos del concejo destacamos la Peña Sobia en el sur, las estribaciones del Aramo en el este y la Sierra de Tameza en el oeste.
El río Trubia forma un valle durante su trayecto y en ocasiones se encaja en imposibles cortadas (destaca la de Penaxuntas), dando lugar a desfiladeros increíbles.
Tan singular relieve provoca diversidades climáticas respecto a la zona en la que nos encontremos, bien sea en las zonas altas del concejo o en sus valles, siendo en estas últimas más benévolo el tiempo, con inviernos más templados, y veranos cálidos y secos.
En cuanto su vegetación también existen diferencias según nos encontremos en zonas sombrías donde predominan los bosques de roble y de castaño, o bien zonas soleadas donde existen encinas, alisos, fresnos, sauces u olmos. También se dan cultivos de árboles frutales como manzanos y avellanos, siendo la manzana de Proaza de muy buena calidad para la elaboración de la sidra.
Historia
Proaza es la capital del concejo que adquiere su misma denominación. Esta encuadrada en el valle del río Trubia y desde siempre fue centro importante en las comunicaciones con la meseta central.
En Proaza se han encontrado torres y calzada romana que demuestra que ya se hallaba habitada en este periodo.
Durante la Edad Media, las diversas donaciones convirtieron el territorio de Proaza en propiedad de la obispalía de Oviedo.
Como en otros municipios, Felipe II incorporó el territorio a la corona en 1579.
En 1581 el municipio recibió el privilegio de elegir justicias y cuatro oficios de escribanía.