Ponce

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Ponce, obispo de Oviedo. De origen catalán, había sido monje en Ripoll durante la época de Oliva, difusor del reformismo cluniacense en la zona de Cataluña. Más tarde ocupó la abadía de San Saturnino de Tavernoles (Barcelona), presidiéndola hasta 1025, desde donde actuaría como una especie de embajador permanente entre el condado de Barcelona y la corte de Sancho el Mayor en Pamplona. El gran Oliva siempre le trató como a un amigo íntimo y Ponce adoptará las ideas reformadoras de su maestro. Ponce fue a León como consejero de la Reina Urraca (hermana de Sancho el Mayor de Navarra y nueva esposa de Alfonso V). Desde León fue elegido obispo de Oviedo entre los años 1025-1028. Fue un gran impulsor del culto de las reliquias de la Cámara Santa, extendiéndose su fama más allá de los Pirineos y dando lugar a una gran devoción popular.

El año 1032 fue de crucial importancia para Ponce. La reina Urraca había dejado de ser bien vista en León después de la muerte de su marido Alfonso V y la llegada a la mayoría de edad de Bermudo III. En este contexto, el grupo de colaboradores de la reina se vió marginado y entre ellos, Ponce, que volvería a Navarra, falleciendo en Roma en 1035.