José María Queipo de Llano y Ruiz de Saravia

José María Queipo de Llano y Ruiz de Saravia. Conde de Toreno, 1786-1843.

Nació en Oviedo, aunque residió en diversas provincias de España en las distintas posesiones de su familia, saliendo de Asturias por primera vez con cuatro años. Estudió Humanidades y Ciencias en Cuenca, Salamanca y Madrid. En 1803 regresó a Asturias. Su preceptor fue Juan Valdés que le formó en la ideología liberal, aunque también influiría en su formación el abad de Montserrat, que le daría a conocer las obras de Rousseau. Sus amistades madrileñas (entre ellas Agustín Argüelles) ayudaron a reforzar sus ideas liberales.

En 1808 le sorprendieron en Madrid los acontecimientos del dos de Mayo, siendo protagonista de los mismos. Fue enviado por la Junta General del Principado a Londres junto a Ángel de la Vega Infanzón y Fernando Álvarez de Miranda, y allí junto con Agustín Argüelles solicitaron ayuda contra el invasor francés. En 1810 fue diputado a Cortes, lo cuál fue polémico dado que no tenía los 25 años exigidos para desempeñar este puesto. Un año más tarde y en virtud de su patriotismo fue admitido como diputado. Tuvo que exiliarse en Inglaterra al regreso de Fernando VII ya que había sido condenado a muerte. En 1820 con la vuelta al constitucionalismo, fue nombrado embajador en Berlín, pero debido a su preocupación y su interés por el desarrollo de la política española no lo admitió, siendo elegido diputados a Cortes por Asturias en 1820 y llegando a ser presidente de las mismas. En 1823, debido a la reacción absolutista hubo de quedarse en Francia, durante diez años, hasta la amnistia de la Reina Maria Cristina. A su vuelta, es nombrado ministro de Hacienda, y al años siguiente ocuparía la presidencia del Consejo de Ministros. Tras el Motín de la Granja es obligado a exiliarse de nuevo, esta vez por la persecución de los liberales. En 1837 volverá, aceptando su condición de Grande de España y dando la espalda al liberalismo. Murió en París en 1843.