Diferencia entre revisiones de «Iván J. Quesada Gutiérrez»
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Trabajador e investigador infatigable, se revela como un verdadero maestro de la figuración, pudiendo considerársele uno de los mejores retratistas contemporáneos. Cabe destacar de sus cuadros la pincelada enérgica y el particular dominio de la luz y el color que le permiten crear una atmósfera única en cada obra. Expuso en la Galería Murillo de Oviedo, Sala de Arte Tioda de [[Gijón]], Galería Amaga de [[Avilés]] y también participó en varias exposiciones individuales y colectivas. Es, junto a ''[[Amado González Hevia|Favila]]'', [[Luis Azón]] y [[Hugo Fontela]], un digno representante de la pintura figurativa asturiana. | Trabajador e investigador infatigable, se revela como un verdadero maestro de la figuración, pudiendo considerársele uno de los mejores retratistas contemporáneos. Cabe destacar de sus cuadros la pincelada enérgica y el particular dominio de la luz y el color que le permiten crear una atmósfera única en cada obra. Expuso en la Galería Murillo de Oviedo, Sala de Arte Tioda de [[Gijón]], Galería Amaga de [[Avilés]] y también participó en varias exposiciones individuales y colectivas. Es, junto a ''[[Amado González Hevia|Favila]]'', [[Luis Azón]] y [[Hugo Fontela]], un digno representante de la pintura figurativa asturiana. |
Revisión de 13:40 30 jul 2008
Iván J. Quesada Gutiérrez, 1975.
Nació en Oviedo, el 19 de marzo de 1975 y es el segundo hijo y único varón del también pintor y sacerdote anglicano José Américo Quesada Blanco, que firma con el pseudónimo de J. Cantora.
Cursó estudios de Primaria en el Colegio Santo Ángel y Bachiller en el desaparecido Colegio Hispania, interesándose desde muy temprana edad por las Ciencias Naturales y las Artes Plásticas. Terminado el Bachiller y sin tener bien definida su vocación, pasó un año casi sabático, compaginando el trabajo en el taller familiar de marcos, molduras y restauración, con la formación artística, que es practicamente autodidacta. Acudió esporádicamente al estudio del conocido escultor Maurode quién recibió algunas clases de dibujo, especialmente de anatomía. En esa época tuvo el privilegio de conocer a un amigo de su padre, ya fallecido, D. Magín Berenguer Alonso. A pesar de la diferencia generacional, se profesaban recíproca admiración siendo D. Magín el que escribió la presentación para el catálogo de su primera exposición. Pasó largas tardes en su estudio de la calle Leopoldo Alas, disfrutando de la agradable compañía y amena conversación del maestro.
Trabajador e investigador infatigable, se revela como un verdadero maestro de la figuración, pudiendo considerársele uno de los mejores retratistas contemporáneos. Cabe destacar de sus cuadros la pincelada enérgica y el particular dominio de la luz y el color que le permiten crear una atmósfera única en cada obra. Expuso en la Galería Murillo de Oviedo, Sala de Arte Tioda de Gijón, Galería Amaga de Avilés y también participó en varias exposiciones individuales y colectivas. Es, junto a Favila, Luis Azón y Hugo Fontela, un digno representante de la pintura figurativa asturiana.