Gerardo Turiel de Castro
De Enciclopedia de Oviedo, la enciclopedia libre.
Gerardo Turiel de Castro, 1932-2008.
Nació en Vigo en 1932. Se licenció en Derecho por la Universidad de Oviedo en 1958. El 3 de julio de ese mismo año ingresó en el Colegio de Abogados de Oviedo con el número 710. Por aquellos años militaba en el Movimiento Nacional, del que llegó a ser Inspector Provincial y ayudante del gobernador Mateu de Ros, mientras impartía lecciones de Formación del Espíritu Nacional en algunos centros docentes de Oviedo, como el Colegio de los Dominicos. A finales del franquismo evolucionó hacia las posiciones del Partido Comunista, donde militó hasta el Congreso de Perlora en 1979. Su primer trabajo en la especialidad de abogado fue la pasantía que realizó en el despacho de José Antonio Valdés Joglar, posteriormente decano del Colegio de Abogados de Oviedo, con quien permaneció quince años, desde 1958 hasta 1973.
En 1975 se incorporó a la Universidad de Oviedo como profesor numerario, ostentando la Cátedra de Derecho Romano desde la que formó a numerosos letrados gracias a su brillante oratoria y didáctica. En ese cargo docente se mantuvo hasta el año 2003, cuando se jubiló. Gran melómano, estuvo en contacto con la Asociación de Amigos de la Ópera de Oviedo y poseía una de las mayores colecciones de grabaciones de ópera de Asturias.
Como letrado, fue impulsor y primer director de la Escuela de Práctica Jurídica de Asturias, fundada en octubre de 1989. Destacó siempre por su facilidad oratoria, lo que le sirvió para emprender todo tipo de casos, incluyendo la defensa de uno de los encausados por los atentados terroristas del 11-M. Falleció el 15 de Enero de 2008, mientras se encontraba descansando con su familia en Benalmádena (Málaga), a causa de un paro cardíaco.
«Pero aparte de abogado y profesor, fuiste hombre de teatro y de la música, hasta el punto de que eras una referencia en el mundo de la ópera, pues a ti acudía cualquiera que tuviera alguna duda o quisiera conocer alguna versión determinada. Marta y yo te teníamos delante de nosotros en la tercera sesión de abono de la ópera de Oviedo. Ahora será distinto. No estarás para explicarnos la cantidad de cuestiones que surgen a lo largo de una representación, pero recordaremos con placer nuestro último viaje a Lisboa, en compañía de tu maravillosa Carmen Mestre, el pasado mes de julio, para presenciar María de Buenos Aires, de Astor Piazzola, cantada por Misia, cenar en el Senhor Vinho, recomendado por nuestro amigo Ángel García Prieto, escuchando fados, y pasear por el barrio de Alfama degustando aquel delicioso queijo da serra» (Ramón Mijares en La Nueva España, 16 de enero de 2008). |