Bernardo Aza González-Escalada

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Nació en Pola de Lena el 5 de febrero de 1887 siendo sus padres Andrés Aza Martínez de Vega y Adela González-Escalada Montero. Estudió bachiller en Muros del Nalón y en el colegio de los Padres Agustinos de Valencia de Don Juan, obteniendo el correspondiente título en 1902. Este mismo año, ingresa en la Escuela de Peritos Agrícolas de la Moncloa (Madrid), terminando la carrera dos años después.

A su regreso a casa trabaja al lado de su padre mientras realiza la carrera de Capataz de Minas donde años más tarde llegaría a ser presidente de la Asociación de Ayudantes y Capataces de Minas de mayor duración en el cargo. Una vez finalizados los nuevos estudios, ingresa en la Escuela de Ingenieros Industriales en Bilbao, que abandona al morir su padre en 1909 y tener que hacerse cargo de la familia al ser el mayor de ocho hermanos. Entra entonces a trabajar con su tío Inocencio Fernández del que fue apoderado hasta 1918. Sin embargo, por apetencia de saber y conveniencia de su destino, estudió, como alumno libre, la carrera de Leyes en la Universidad de Oviedo terminándola en 1913.

Algunos negocios particulares de carbones y la explotación de una mina le proporcionaron independencia económica dando lugar a que pudiera dedicarse a sus propios asuntos. Adscristo al partido de Antonio Maura, fue presidente de la Agrupación Maurista de Oviedo y candidato a Cortes en las elecciones de 1919 y 1920. Durante la dictadura de Primo de Rivera fue nombrado diputado provincial del que dimitiría un año después. Alejado de la política, funda en Oviedo en 1923 el periódico Región. En 1931 vuelve a la política y funda el grupo Derecha Regional Asturiana que teminaría uniéndose a Acción Popular, al advenimiento de la República. Con este partido es candidato a diputado a las Cortes constituyentes sin llegar a las elecciones por haberse retirado esa fuerza política. En la elecciones de noviembre de 1933 sale diputado por Asturias que repetiría en las de febrero de 1936. La Guerra Civil le coge en Madrid cumpliendo con su deber de parlamentario y después de refugiarse en casa de unos amigos es descubierto y el 21 de agosto detenido y asesinado ese mismo día. Tiempo después, el Ayuntamiento de Mieres da su nombre a una de sus calles que le quitarían años más tarde, según acuerdo de la Corporación mierense que se celebró, siendo alcalde el socialista Vital Alvarez-Buylla, el 18 de enero de 1982. De nada sirivieron las protestas de algunos medios como La Voz de Asturias que bajo la firma de Elías Piedra Menéndez enumera una serie de méritos que Bernardo Aza tenía, entre ellos el apoyo a la clase obrera subvencionando escuelas, ateneos y círculos sociales. Tampoco lo que el corresponsal de La Nueva España en Turón, M. de San Francisco, escribió: «Bernardo Aza sin tener en cuenta las proporciones de servicio prestado, envió a su personal a un hotel de Villamanín con todos los gastos pagados, entregándoles además un cantidad en metálico para mejor solaz del reglamento del descanso anual; visitas a la feria de Muestras de Barcelona, viajes al extranjero para estudio y formación del mando, etc. etc.». Ni su defensa en el parlamento, diciembre de 1934, a favor de los obreros jubilados, sobre todo los de la minería porque «hay que tener en cuenta que la industria minera es una industria agotadora. Que el minero lleva una vida dura. Por consiguiente, ruego al ministro que teniendo en cuenta esta situación vea de que antes de fin de año se tome una resolución definitiva que afiance la situación de estos hombres que tienen derecho a un retiro que asegure sus días de vejez en condiciones de no estar a merced de estos vaivenes de las subvenciones». Y, por último, tampoco tuvieron en cuenta la Mutualidad Fortuna, que fundó en Turón en 1927 con el objeto de que los obreros a su cargo que cayeran enfermos tuvieran acceso «a un socorro pecuniario que supla, en parte, el jornal de que se vean privados por causa de enfermedad, y un servicio médico farmacéutico gratuito». Y también: «Si reunido el fondo de reserva que establece el artículo 13º, los recursos, a juicio de la Junta de gobierno, permitieran extender la acción, se hará, sucesivamente, al pago de gastos de entierro y funerales; al servicio farmacéutico para las familias; al del socorro metálico los días festivos, y, después, a cualquier otro orden de beneficios para la salud, cultura o bienestar de los asociados».

Bibliografía

Constantino Suárez "Españolito" (1936) Gran Enciclopedia Asturiana (1970) Ediciones Nobel (2004) José Mª García de Tuñón "Bernardo Aza y su intrahistoria" (2006)