Antonio Raimundo Ibáñez y Gastón de Isaba
(Marqués de Sargadelos)
Nació el 17 de octubre de 1749 en Ferreirela (Santa Eulalia de Oscos). Era hijo del escribano del concejo.
Desde muy joven desempeñó el cargo de administrador en Ribadeo, para la familia de Rodríguez-Arango y Murias-Mon. Con los negocios que realiza, aumenta el patrimonio de sus clientes y el propio, emprendiendo a los veinticinco años importantes negocios entre los puertos del sur, del levante y del cantábrico y convirtiéndose en armador.
En 1788 inicia su proyecto de construir una fábrica de hierros y aceros en Sargadelos, en la provincia de Lugo, estando la fábrica funcionando a pleno rendimiento 4 años más tarde. Alrededor de la fábrica levanta todo tipo de construcciones, destinadas tanto a facilitar la logística del negocio como a sus trabajadores. La fábrica se dedicaba a todo tipo de utensilios, y tal fue su éxito que el gobierno pretendía adquirirla para convertirla en una fábrica de armas similar a la de Oviedo y a la de Trubia. Se negó a vender la fábrica, pero firmó un contrato con el Ministerio de Guerra para dedicarse a la fabricación de munición.
Más tarde quiso iniciar una red industrial, pero sólo consiguió abrir una fábrica de cerámicas que en 1807 ya vendía sus productos.
Fue nombrado comisario de provincia de marina en 1794 y posteriormente oficial superior de artillería.
Al inicio de la guerra de la Independencia, se estaba tramitando la concesión de su título como Marqués de Sargadelos lo que no llegó nunca a cristalizar. A pesar de no ser legalizado su título se le conoció siempre por él. Durante la contienda, Ibáñez colaboró contra Napoleón con todos sus medios.
El 2 de febrero de 1809 fue asesinado en Ribadeo, y sus restos se enterraron el convento de San Francisco de esta localidad.