Alfonso X

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Rey de Castilla y León desde el año 1252 a 1284. Apodado el sabio, era hijo del rey Fernando III y de Dña. Beatriz.

Nació el 23 de noviembre de 1221. Comenzó a reinar dos días después de la muerte de su padre, el 1 de junio de 1252. Los territorios que comprendían su reino eran Galicia, Asturias, León, Castilla, Murcia y Andalucía.

Una de sus primeras medidas como monarca fue tratar de minimizar el déficit de las arcas del estado, provocado por la economía de guerra, a través de la devaluación de la moneda y la acuñación de una moneda de alto contenido en cobre a la que se le llamo popularmente «la negra». Sin embargo esta medida no fue bien recibida ya que se produjo una notable inflación en los precios, por lo que la nueva moneda de menos valor, fue ineficaz.

En cuanto a las relaciones con otros estados, Alfonso X puso bajo vasallaje rápidamente al reino de Portugal. Reclamó al rey Alfonso III de Portugal las tierras que habían sido cedidas a Sancho II de Portugal por al ayuda que este prestó a Fernando III contra el propio Alfonso III de Portugal. El aparato bélico de Alfonso X impresionaba tanto a su tocayo que este cedió las plazas y cedió también al casamiento con la hija de Alfonso X, Beatriz, a pesar de que el ya estaba casado. Esta boda originó que sus contrayentes quedasen excomulgados hasta que falleció la primera esposa de Alfonso III.

Aspiró al trono de Alemania a la muerte de Guillermo de Holanda, al ser apoyado por algunos electores frente a Ricardo de Cornualles. Alfonso tenía a su favor que su madre Doña Beatriz, era hija de Felipe de Suavia y prima hermana de Federico II, rey de Alemania, es decir era descendiente directo. Pero a Ricardo le favorecían su etnia y las alianzas entre su país y Alemania. Durante 18 años Alfonso X estuvo reclamando sus derechos a esta corona, pero finalmente fracasó, ya que no consiguió la aprobación del Papa. En 1271 muere Ricardo asesinado en Inglaterra y se nombra en septiembre de 1273 al nuevo emperador Rodulfo de Hasburgo, sin que apenas nadie (a excepción de Otkar de Bohemia) recuerde las pretensiones del rey Alfonso. En 1274 se disuelve al comisión formada para defender el derecho a la corona alemana de Alfoso X, y aunque este trataría en varias ocasiones de imponer sus derechos con las armas, las cuestiones internas impidieron la confrontación con Italia y Alemania. Aun así y habiendo sido confirmado en el trono Rodulfo por el papa Gregorio X, el rey Alfonso X siguió auto-titulándose «Electo rey de romanos» en su correspondencia con alemanes e italianos. Esta forma de firmar le valió la amonestación papal, consiguiendo en 1275 que D. Alfonso dejase de usar un título que ya no le pertenecía.

Bibliografía:

  • Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano, Tomo I, pág 938.